miércoles, 29 de agosto de 2012

En Silencio



En Silencio

En silencio y con mis energías
he luchado por ser mejor,
me he auto ayudado
cuando  derrumbada estaba,
en silencio siempre,
con una mirada o un gesto 

pidiendo un abrazo, en silencio.
En silencio me he quedado,

esperando una palabra de cariño,
un elogio, un agradecimiento..
ahora en silencio
me siento orgullosa
de ser lo que soy,
gracias a mi lucha solitaria
sin un abrazo, sin una palabra,
en silencio yo soy 

Escrito por: María Consuelo Idrobo

sin un elogio
Agosto 27 de 2012

lunes, 13 de agosto de 2012

Ella.... Mi Madre

Escrito por María Consuelo Idrobo.

Este poema  lo hice a mi madre, en uno de esos días en que la pena y la tristeza  me agobian.


Ella... mi madre!!!!
Ella, la que la vida me dio
la que me acuno en sus brazos
la que me amamantó y cuidó
Ella que con su ternura y besos
me vio crecer,
me enseñó a ser mujer

Ella que de mis hijos cuidó
ella la que conmigo vivió
la confidente, de mis tristezas
la que animaba mis fortalezas
Ella es esa mujer
Ella es ese ser, es mi madre

Ella , está inmóvil, está ausente
ella en una cama sufre o será que no siente?
o tal vez ya no vive aunque esté presente
más en su mirada pide a gritos descansar
con su mirada perdida aún quiere dar

Nunca se le acabó el amor
para sus hijos, para sus nietos
tan grande fue siempre su entrega
más hoy la vida le niega
compartir , vivir, y darnos amor

las circunstancias y la enfermedad
la vencieron sin piedad
extraño su presencia
de ella no hay sino su ausencia
y aunque está ahí, ya no está
sólo están sus recuerdos



Octubre 3 de 2011

martes, 7 de agosto de 2012

Un Angel bajó del Cielo - cuento infantil


Un Ángel bajó del cielo

Escrito por María Consuelo Idrobo.

Era el mes de Agosto,  en una tibia noche llena de estrellas, en un lugar lejano casi desértico, se encontraba sumido en sus pensamientos un niño de aproximadamente ocho años, estaba preocupado por la salud de su madre, una gran mujer a quien el quería mucho.
Se llama Franz, es un joven inteligente, estudioso y trabajador,  ayuda en todo lo que sea necesario en su hogar,  el padre hace unos años murió.
Franz está muy triste por la salud de su madre que presenta fiebre y un fuerte dolor de cabeza, viven lejos de la ciudad, y no tienen recursos para buscar un médico. La madre está muy enferma,  Franz  teme por su vida.
Esa noche oraba a Dios diciendo: “Padre, Tu que me has dado la vida, y también se la has dado a mi madre, escúchame: Mi mamita está muy enferma,  yo te pido que la sanes, que le quites su dolor, porque yo la necesito, me haría mucha falta si tu te la llevas, me quedaría muy solo,  yo solamente te tengo a ti en el cielo y a ella en la tierra, te prometo que siempre seré obediente y la cuidaré,  sé que aunque el cielo esté muy alto, Tu me escuchas” Franz mira al cielo pidiendo ayuda, él sabe que allá donde están las estrellas esta la morada de Dios.
De un momento a otro, ve que una estrella brilla más que las otras, se queda atento mirando, se da cuenta que esta estrella se ve más grande a cada momento, como si se estuviera cayendo, Franz  sigue mirando,  puede ver que cada vez se acerca más, siente miedo, pero a la vez mucha curiosidad, se queda esperando, sabe que algo sucederá.
En un momento se ve rodeado de mucha luz, todo el lugar se ilumina, de esa gran luz se va formando la figura de una persona que se le acerca, a medida que esto pasa, en el corazón de Franz suceden muchas cosas, siente una indescriptible felicidad,  es tan hermoso todo,  piensa que está soñando, que esa sensación tan especial que está sintiendo no puede ser real.
Franz no puede verle el rostro pues es muy brillante, la luz que emana hace imposible distinguirlo. En unos momentos escucha una voz suave y amorosa que le dice: "No temas yo te ayudaré, cuando regreses a tu casa tu madre estará bien, ve y quédate con ella".
Franz corrió hacía su casa, encontró a su madre sentaba en en su cama, estaba esperándolo para contarle que alguien estuvo en su alcoba,  que colocó sus manos cálidas en su cabeza e inmediatamente ella se sintió mejor, que ya no estaba enferma, que se sentía tranquila, con mucha paz.
Franz estaba inmensamente feliz y agradecido con este personaje que le había dado la salud a su madre, quería saber quien era, quería volverle a ver.
En la siguiente noche volvió al lugar, empezó a orar pidiendo que quisiera saber quien lo había ayudado, que deseaba volverle a ver y saber más de él.
Alzó su mirada al cielo, esperando que nuevamente sucediera el maravilloso encuentro, y efectivamente, volvió a ver la estrella que brillaba más que nunca, cada vez se acercaba a donde Franz , en un momento nuevamente todo se iluminó, casi hasta enceguecerlo,  nuevamente se dio ese momento de éxtasis de tanta felicidad que no puede describir, todo sucede igual que la primera vez, poco a poco se va formando la figura de una persona, una figura muy  brillante a quien no le puede ver el rostro.
Y le dice: Desde muchos años antes, siempre he ayudado a quien lo ha pedido con fe. Que tú me veas es algo que no pasa mucho, pero pasa; porque el miedo lo impide, pero tú tienes un corazón limpio y puro, además eres muy valiente , tienes mucha confianza en Dios.
Somos muchos los que ayudamos a la gente, soy un Ángel, y Dios me ha enviado para que te ayude.
Franz está muy feliz, es maravilloso lo que está sucediendo, sigue mirando al cielo, imagina que está soñando,  ve que no solamente es una, sino varias estrellas que brillan intensamente,  y como preguntando que pasa, dirige su mirada al Ángel que está con él,  este le dice:  somos muchos los que estamos dispuestos a ayudar a las personas que lo piden con fe, como tú.
Nuevamente alza su mirada al cielo,  queda atónito al darse cuenta que las estrellas que ahora se ven más luminosas, se acercan produciendo una gran luz que ilumina  intensamente el lugar. Sucede lo más espectacular, van descendiendo aproximadamente unos diez hermosos ángeles, brillan tanto que Franz no puede distinguir sus rostros, pero si puede sentir la gran felicidad que antes había sentido, sólo que esta vez siente como si estuviera en otro lugar, pues todo a su alrededor es bellísimo, hay muchos colores, se siente en las nubes flotando como una pluma que el viento mece de un lado a otro, en momentos cree que está en los brazos de alguien que lo arrulla, cierra sus ojos, escucha una suave melodía y percibe un agradable olor a flores, Franz no sabe cuanto tiempo duro extasiado  en esta maravillosa visión, cuando abrió nuevamente sus ojos estaba sobre la hierba, sentía una inmensa felicidad, e intenta mirando al cielo que semejante experiencia vuelva a repetirse, el Ángel que lo acompañaba ya no estaba, le había dejado un perfumado ramo de rosas a su lado, Franz pensó que tan lindo detalle debería llevárselo a su adorada madre.
Al regresar a su vivienda encuentra a su madre preparando los alimentos, la ve muy bien de salud, muy feliz, se acerca y le entrega las flores, ella las recibe muy agradecida, le gustan mucho las rosas, son sus flores preferidas, las coloca en un florero. Son tan hermosas que visten de fiesta el humilde hogar.
Desde aquel día Franz y su madre siempre tendrán rosas en su casa, siempre percibirán el agradable aroma de las mismas, pues éstas se mantendrán siempre vivas.
En las noches, antes de ir a dormir, Franz sale al campo a mirar el cielo, saluda a todas las estrellas que brillan, sabe que son ángeles que siempre los cuidarán.

Fin