María Consuelo Idrobo
En una casita pequeña ubicada en un tranquilo y
hermoso bosque, rodeada de árboles y flores de varias clases y colores, vivía con
sus padres y sus hermanos, una preciosa niña muy tierna y dulce, llamada Ariana, muy obediente, y respetuosa con sus padres a
quienes quería mucho.
Ariana amaba, cuidaba y
respetaba su entorno, sabía que aquel lugar era hermoso por la naturaleza que
lo rodeaba.
¿Viajaré sobre tu lomo?
Pregunta Ariana, si, le contesta
Vistosina, pero no temas, viajarás muy segura, y podrás apreciar la belleza y los
colores de las estrellas. ¡Está bien, iré contigo en este viaje de mis sueños!
Ariana disfruta de un increíble viaje a las
estrellas, hasta llegar a Cristalita, en este planeta todo es blanco y brillante, con muchos árboles,
muchas flores y ríos de cristal.
La naturaleza es maravillosa, llena de lindos colores tornasol, desde lo alto este hermoso lugar brilla asemejándose a un diamante gigante.
Los habitantes de Cristalita son seres pequeñitos y se les llama
gnomitos, son gorditos, de caras
redondas y cachetes rosados, ojos pequeñitos de miradas dulces.
Porque son bondadosos,
sabios, y alegres, su corazón también brilla, por eso de su pecho siempre salen
rayitos de luz que iluminan cada lugar donde se encuentran. Visten pantalones bombachos, y casi siempre llevan
un gorro terminado en punta.
Esta visita es un gran
acontecimiento en Cristalita, los gnomitos con timidez se arremolinan alrededor
de Ariana, pues es una niña muy diferente a ellos, todos quieren mirarla bien,
quieren tocarla, corren, saltan y dan
vueltas tratando de lograr una buena ubicación para estar cerca de ella.
Poco a poco van perdiendo
su timidez, son muy atentos y
educados, la saludan, le dan la bienvenida, le brindan su amistad y empiezan a
hablar con ella, se entienden muy bien, pues a pesar de vivir en otro lugar tan
distante, tienen el mismo idioma.
Le cuentan que también
van al colegio a aprender muchas cosas, entre ellas, a valorar todo lo que
tienen, pues son muy afortunados de
vivir en Cristalita, de tener familias
bonitas y amorosas, de contar con compañeros buenos que siempre están
colaborando y ayudándose entre si. ! Hay mucho amor en este lugar!
Marion se golpeó una
pierna y le dolía mucho, todos los gnomitos se preocuparon y no sabían que
hacer en medio de la confusión, pues Marion lloraba porque sentía mucho dolor.
En esos momentos Ariana recordó que tenía una pomada para los
golpes en el bolsillo de su pijama, y le dice a Marion:
“Cálmate, ya te pasará, he traído conmigo un remedio que te voy a aplicar
en la pierna donde te golpeaste, y ya verás que en poco tiempo el dolor
desaparecerá”.
Ariana procedió a
masajear la pierna de Marión, como ella era una niña tan buena, lo hacía con
mucho amor y a medida que pasaba su mano,
poco a poco el dolor iba
desapareciendo logrando con esto calmar
el llanto de Marion.
Todos los gnomitos
estaban agradecidos con Ariana por su gran bondad y disposición a ayudar a los
demás.
Al despedirse le dicen: “Ariana,
siempre serás bien recibida, deseamos que regreses pronto” Ella les contesta: “Gracias
amiguitos, quiero regresar y pasar más tiempo con ustedes, los llevo en mi corazón
que ahora brilla de amor”
Desde aquella noche,
Ariana siempre mira al cielo tratando de ubicar aquel planeta llamado
Cristalita, y espera que en sus sueños, pronto regrese Vistosina para que la
lleve nuevamente a visitar a sus amiguitos a quienes quiere mucho.
Mientras en Cristalita, sus habitantes siempre al mirar
al cielo, verán la luz de su corazón.
Debemos tener en
nuestro corazón mucho amor y bondad hacia los demás, y siempre estar dispuestos
a ayudar.
Autor: María Consuelo Idrobo
mariaceidrobo@hotmail.com
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